Adelantarse al encuentro para pedir permiso y conectar los territorios desde un pensamiento que fortalezca todas las partes, de una orilla a otra.
Emprender el viaje y que sea la curiosidad la que nos ponga a caminar. Con el permiso concedido, tomar justo lo necesario y entregar todo lo posible desde la atenta escucha.
En el fondo, las ballenas se suspenden en la energía vibrante de su canto, sus sonidos nos recuerdan el lugar del que venimos. Sanamos dentro de una canoa que en algún momento se usó para escapar. Sanamos aquí y ahora y sanamos por la herida ancestral.
Entre la armonía y el caos, seguiremos compartiendo las visiones de este espíritu rebelde que hoy nos constela.