Este proyecto fue llevado a cabo por Fernando Arias en Armenia, Quindío (Colombia).
“Debido a la profesión de mi padre como bacteriólogo, mi infancia estuvo vinculada al análisis clínico del cuerpo humano. Inconscientemente desarrollé una atracción hacia lo que no vemos, lo microscópico, la esencia y el principio de la vida. Esto continúa influyendo en mi forma de ver el mundo y el ser humano, y constituye una importante fuente de inspiración para mis procesos creativos.
De estas experiencias nació la necesidad por develar aquello que no vemos, o mejor, que no queremos ver, y expresarlo a través del arte. Este punto de observación me condujo a ver el arte como instrumento para dialogar sobre la condición humana desde una perspectiva social.”
Fernando Arias