MICROmacro comenzó con unas presentaciones en distintos lugares de la región de Armenia, Quindío (Colombia) que le brindaron a los artistas la oportunidad de repasar sus conocimientos del mundo microscópico. Un bacteriólogo presentaba aspectos del mundo micro y los participantes contribuían con ideas y elaboraban imágenes y metáforas que sirvieran para abordar la forma en que funcionan o dejan de funcionar la vida y la sociedad.
La mayoría de los participantes fueron seleccionados a partir de una convocatoria y unos pocos fueron invitados directamente a participar teniendo en cuenta su interés en procesos científicos y sociales. Se plantearon temas como los problemas ambientales, la violencia y el desplazamiento. Algunos de los proyectos reflejaron cuestiones amplias y universales, otros se basaban más en las circunstancias regionales. En últimas, la intención del proyecto curatorial fue la de servir al sometimiento de algunas cuestiones a una observación detallada, a ponerlas bajo un microscopio y al mismo tiempo situarlas en contextos más amplios. Sin pretender una investigación exhaustiva de cada tema, la propuesta buscó arrojar una luz sobre cuestiones apremiantes mediante las obras de arte y los escritos de los participantes.
En el posterior 42° Salón Nacional de Artistas participaron tres artistas de MICROmacro: Santiago Escobar y Libia Posada investigaron la problemática del desplazamiento forzado y Rolf Abderhalden exploró el mundo del transformismo.